99.63 Pensamientos año 2007
14.06.2019 11:35
2007 Escribir para mi mismo Balance de los 60 años
Jueves 4 de Enero 2007, son las 11 de la noche, y mientras mis amigos están comiendo un asado, yo estoy comenzando a escribir las cosas que me pasaron en mi vida. ¿Lo escribo para alguien? SI... para mi. ¿Lo leerá alguien mas? No lo sé..... quizás mis hijos. Pero al escribirlo pienso en mi madre.
Hoy fue un día arduo en mi trabajo: se me borró un archivo excell, me costó 4 horas recuperarlo. También despedí un empleado, cosa que me puso muy mal, me faltó el aire al hablarle, aunque él tipo ni se inmutó. Hice averiguaciones para poner un aire acondicionado en la cocina, y al final no tuve eco en casa ....”van a poner un cable canal, que siempre quedan colgando”, ...y no se que otras calamidades. Parece que siempre tengo que remar solo, y termino siendo el culpable de los defectos. Me consuelo pensando que el que no hace nada, nunca se equivoca.
Agradable: hable con mi hija, (está en Jujuy) siempre es hermoso hablar con ella, escucharla me da animo, me hace sentir muy bien. Hable con mi hijo menor, me está haciendo pata, estamos poniendo un aire acondicionado en el departamento, y es una sorpresa para el resto. Espero que salga todo bien. También charle café mediante con mi hermano, nos llevamos muy bien. Creo que lo entiendo, y también el me entiende, percibo que se siente bien cuando hablamos. Disfruté el café de la mañana con la barra del café. También estuvieron mis amigos Riorda y Pelassa. Cada uno con sus historias.
Todavía no cené. Hace un rato me acosté en la azotea, para tomar el fresco de la noche, y para descargar las tensiones del día: hermoso mirar las estrellas de acostado. Cerré los ojos, e increíblemente vino a mi mente el Padre Nuestro. Hice un esfuerzo para recordarlo, y eso me introdujo a la meditación. Me trajo recuerdos hermosos de mi niñez. Pensé que debía escribirlos. Bueno, no soy escritor, pero que bueno si lo intento. Como me gustaría leer cosas de la vida de mis abuelos, especialmente de Augusto, ése abuelo tan lejano en el tiempo. Yo seré un abuelo lejano para alguno de mis nietos? Espero que no, pero estaría orgulloso si ellos algún día se interesaran por mi. Volviendo a mi niñez:
47 – Parece que alboroté a Doña Sofía, la partera. Mandó a buscar al Dr. Storani. SI, al que fue Secretario de Energía de Alfonsin. La cuestión es que venía enredado con el cordón, no largaba el llanto, El Dr. me pasaba de un fuenton de agua tibia a otro de agua fría. Al fin lloré, y seguro tuve mi primer resfrío.
48 – Seguro que fue el año mas feliz de mi vida. Dicen que era un bebé hermoso, aunque delicadito de salud. Lo de hermoso, nada mas hay que preguntarle a mi hermana, si ella mintió, a mi no me importa, porque me hace sentir muy bien, y además la quiero con toda el alma. No tengo recuerdos de ésa época, pero siento que fui muy feliz. Mi hermana me cuidaba. Sé, lo presentí siempre, que me hizo jugar, era su bebé.
49 – Empezaron los problemitas de mi corazón, me empezaron a llevar al médico.
Esto pasó durante varios años, y lo peor, es que me traumó.
Mi madre me llevó varias veces a Córdoba, mi papá también hizo lo suyo. Y todo el aguante. De Fierro mi viejo.
Fui un buen alumno en la primaria. Tengo pocos recuerdos, pero los que tengo son muy fuertes. Las maestras, los deberes, los compañeros. El grandote que me quitaba la comida que llevaba de mi casa. El amigo bueno “Víctor Hugo”, el bonachón “Molinari”, la prolijita “Sara Piñeyrúa”, la vecina gorda que tenía que acompañar hasta la escuela porque tenía miedo. Bueno, con ella (a los 5 años) jugábamos al doctor: adonde le duele?: yo mostraba todo y me enojaba con ella porque pensaba que me ocultaba su chilín. Si, así le decíamos de chiquitos. Recuerdo al amiguito hijo de un gerente de banco, que tenía una colección de 200 soldaditos de plomo, con los que jugábamos en su casa. También recuerdo al gordito hijo del dueño de la feria, porque en ésa época tenía un TV de juguete (de plástico color rojo), a pila, con una luz, y de pantalla tenía un rollito de papel con historietas que al trasluz se veía como la imagen. También recuerdo a Claudio Muños siempre despierto, a Carlos Mayón el iluso sabandija: un día llevó un mazo de naipes, y a la salida de la escuela, todos los días, tirábamos un naipe por el buzón de una casa, y con vos de hombre (hombre?) gritábamos “carrrrrrterooooo”. 40 días duró la joda, y como nadie acusó, el día 41, en la misma casa volvimos a gritar cartero y acto seguido le tiremos un petardo por el buzón. Por 5 años no volví a pasar por ésa calle. Nunca supe quién vivía allí, ni lo quiero saber.
Un año salí escolta de la bandera. No entendía nada, pero en los desfiles, ahí estaba yo, con la abanderada: la flaca Quasolo, después de Laguzzi.
Cuando terminó la primaria, como mi hermana no había seguido secundario, a mi, no me correspondía. Y ahí vinieron los días de callejero. Resulta que cuando tuve 9 años, mi papá me puso a trabajar en la zapatería, por 4 horas a la tarde. Y cuando terminó el primaria, 8 horas. Con el horario de la casa Márquez.
1963. Con 16 años, ya me quedaban pocos amigos, porque todos empezaron secundario, y los que tenía eran pleiteros de la calle – Liendo (2) Depetris surdo, Chiva Cabral, Mario Rodriguez, Mario Bustos, Sánchez Hno. de Héctor, Miguelito Pereyra, Trueno Cabral, ninguna mujer. En aquellos años, si no tenías primas, estabas chau. Mis primas vivian muy lejos. Una noche lo hablé a Penacho Passetti, le propuse comenzar la nocturna. Como éramos unos grandulones, hablamos con otros de la edad –Miguel Zorrino Pereyra, Héctor Cabral, Cayo Botasso- y pactamos; vamos juntos esta noche y nos inscribimos. Daleeee
Mi papá me dijo que no podía dejar de trabajar, para ayudar a la casa. Le dije que era nocturna. “Te vas a quedar dormido a la mañana”. Me tuve que poner las pilas, y por 6 años trabajé 8 horas, y tuve clases a la noche `por 5 horas. Demasiado esfuerzo a ésa edad, pero fueron los mejores años de mi vida.