99.1 Otras Historias

07.08.2014 18:31

Pesca, Caza y Pesca. 1975 JulioTruchas

El amigo geólogo Bicho Peiretti, exploraba en Los Gigantes, en busca de uranio para la Comisión Nacional de Energía Atómica CNAE. Tenía a su cargo un grupo de técnicos y obreros, todo custodiado por una unidad de Gendarmería. Tenían un asentamiento tipo cuartel militar de alta montaña en el lugar de trabajo, (sin caminos) solo con acceso a través de UNIMOG  Mercedes Benz.  De esos Camuflados. Un lugar perfecto para 007. Jaja. 

En el lugar están los arroyos Cambuche y Cajón (tributario éste del Rio San Antonio). Hermosos cursos de agua cristalina y helada, que corren entre "cajones" horadados en la piedra enteriza. Precisamente esa piedra irregular e inaccesible para vehículos normales es la que contiene el Uranio. Y esos técnicos tenían como tarea trazar un mapa 3D del potencial. Lo hacían a través de perforaciones en la piedra (muy profundas) ubicadas formando un cuadriculado perfecto y señalizado con números y letras. De allí, con detectores de radio actividad se determinaba el lugar más conveniente para la extracción de la roca madre. 

El amigo Bichoi en una oportunidad contó que en el arroyo Cajón se pescaba trucha. Invitó a pescar a su cuñado (Cusicho), al yerno de éste (Márquez), a un vecino (Casin) y a mí.

Y allá fuimos, pleno invierno. Llevábamos solo la ropa puesta, más los elementos de pesca y caza. Como abrigo yo tenía el famoso gamulán (piel de oveja con corderito por dentro) que pesaba como mínimo 4 kilos.

Partimos en auto los cuatro hasta Tanti, y desde allí por ripio hasta la base que estaba en el lugar de acceso a la mina. Nos esperaba el Bicho con un gendarme en un UNIMOG. Trepó hasta el refugio (Cuarteles de madera y techo a dos aguas), donde cenamos, y dormimos en cuchetas muy bien arropados. Afuera hacía  -10 grados.

Al otro día, otra vez en Unimog trepamos otros 500 metros de largo.

Los últimos 100 m a pata saltando piedras sin hacer ruido ni fumar para no sobresaltar a las truchas. Sin asomarnos lanzábamos la línea sin encarnar. Solo cucharita y anzuelo, bien deportivo, para pescar esas truchas en estado natural. Devolvimos las piezas pequeñas. Solo nos quedamos con 6 grandes para comer en el refugio. Inolvidable aventura. En el día pasó de temperatura bajo cero, a un sol que flechaba a 25 grados. Finalmente una nube a nivel nuestro nos dejo sin visibilidad, ¡y para rematar el día nos cayó piedra!

Tres de la tarde otra vez en el refugio. Al comienzo de la noche comenzaba a helar. Estábamos a 2000 msnm.

 Al otro día salimos para Taninga en una combi verde oscuro de transporte de personal (Creo que no hubo delito en todo esto, pero lo mismo ¡estaría prescripto!).

Pasamos por un divisadero de la pampa de Achala. Luego los túnelas a San Juan. Divisamos los llanos riojanos. Y en un cruce de caminos cercano al parque Chancani nos esperaba un baqueano que nos alojo en un rancho de abobe. A la noche nos guió caminando a unas vizcacheras, donde cazamos. Alguien llevo una escopeta y yo una carabina 22. Cuatro vizcachas que limpiamos y oreamos al sereno, fueron nuestro trofeo. 

Al otro día seguimos viaje al dique La Viña para pescar pejerrey, pero todo esto y la caza de la vizcacha  lo contaré en otra oportunidad. En fin: ¡Un viaje inolvidable!

 

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